En nuestro país, acostumbramos regalar calaveritas de azúcar, con su nombre escrito en la frente, a las personas que queremos. Actualmente, también podemos encontrar calaveritas de diferentes tamaños, de chocolate o de amaranto. Aquí te compartimos una calaverita literaria, no se come, pero suelen ser muy divertidas.
En una mañana fría
la muerte sonreía,
pues en su lista aparecía
una escuela que 27 candidatos tenía
y con ellos, el Camposanto llenaría.
Doña Sera, Lulú y Lupita estaban en la entrada
recibiendo alegres, a alumnos y maestros
pues en la escuela Lucio Cabañas Barrientos
a los desconocidos los corren "de volada".
Pero la Huesuda engañarlas logró
cuando su citatorio a las 3 les mostró;
hasta su esquelético cuerpo contoneó
y "¿No que no me colaba?", les gritó.
Como el patio barría Conchita,
no se percató que la Calaquita
le preguntó con mucha emoción
dónde estaba la dirección.
A medio patio se topó con Dulce y Marcela
pues son las primeras en estar en la escuela
porque les gusta llegar muy puntuales
a preparar la clase de Ciencias Naturales.
Mas al ver a la Flaca, la ignoraron
y con Karla y Nadia la mandaron
pero ellas muy serias y calladas
se fueron muy apresuradas.
La muerte muy enojada
pensó regresar a su morada
si pronto no encontraba la recepción
u otro lugar donde le dieran la filiación
y todos los datos de los profes en cuestión.
La Calaca a Pablo le pidió la plantilla
pero él logró hacerle una zancadilla,
corriendo buscó a Roberto en un salón
y le pidió ayuda para bloquear esa cruel misión.
Luis Enrique, el timbre tocó
y con el ruido, la Muerte se asustó
pero él la consoló,
invitándola a una super exposición.
Laura, apresurada corría
porque la Parca por ella preguntaba
ya que sus pulmones la delataban
pues dejar de fumar no podía.
La huesuda subió las escaleras
para encontrar a más compañeras
pero al ver a Ángeles trabajando
y Laura Verónica gritando
se arrepintió de inmediato.
Rosa Elena, Hermelinda y Servando
estaban calificando
para pasar desapercibidos
y no recibir su merecido.
Edna, Margarita y Eriberto
a la Muerte le pidieron
cargar con los alumnos de primero
ya que no leían ni escribían
y con seguridad, el año reprobarían.
Erick con sus gafas, simulaba no verla
pero la Parca lo amenazó con una vela,
él se disculpó y prometió entretenerla
cantándole una romántica melodía
y quizá en el otro mundo lo contrataría.
Flor estaba distraída
contemplando el material que usaría
y no se daba cuenta que la huesuda
llevársela quería
pues era una candidata que en buena forma la mantendría.
Jessica, Carmen y Gabriela escriben en el pizarrón
para que a la Calavera no le causen tentación,
pues sus alumnos no quieren todavía, verlas en el panteón.
Aurora gritó asustada
y Verito corrió en su ayuda
y entre las dos desviaron
a la Flaquita hacia la salida.
Todos los alumnos de la escuela
gritaban de alegría
pues la muerte arrepentida
a nadie se llevaría
y sus maestros queridos
por siempre vivirían.
Los invitamos a que nos acompañen a presenciar la Ofrenda estilo Puebla, que gracias a tu aportación, el valioso apoyo de la Asociación de Padres de Familia (APF) y la coordinación de la profesora Nadia López, podremos disfrutar como parte de las actividades del día de muertos.
¡Anímate a escribirles unas Calaveritas Literarias a todos tus seres queridos!
LCB somos todos.
es extraordinaria, me basare en ella para elaborar la de mi escuela. Gracias por compartir
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